Autoria
Producció
Data publicació: 
Vie, 03/27/2020
Estimados hermanos sacerdotes, diáconos, religiosos y colaboradores parroquiales:
 
Os he enviado varias notas intentando responder a algunas cuestiones nuevas y debidas a la situación excepcional que vivimos. Parece en algunos momentos que hay repeticiones o rectificaciones. Disculpad si se tiene esa impresión. Por nuestra parte se trata de atender pastoralmente de la mejor manera posible y ayudaros en vuestra tarea en medio de la comunidad parroquial. Espero que pueda alcanzar este objetivo.
 
Ahora he preparado un resumen de lo que os puede interesar más y lo he dividido en tres apartados que corresponden a las celebraciones de los sacramentos en este tiempo pascual y también a la atención pastoral a las familias de los difuntos.
 
 
CELEBRACIONES DE SEMANA SANTA
 
Dada la grave circunstancia del confinamiento en nuestros domicilios que se alarga en el tiempo, y considerando el impedimento para celebrar la liturgia comunitariamente en nuestros templos, os ofrezco algunas orientaciones. Es posible alguna reiteración.
 
 
1) La Eucaristía, tanto en la catedral como en las parroquias y comunidades donde se considere oportuno celebrarla, tendrá lugar sin la participación física de fieles. Como ya hemos venido haciendo esta semana, son de gran ayuda los medios de comunicación telemática en directo, no grabados. Hay que indicar que la Misa «sin pueblo» no significa «con la ausencia del pueblo», ya que en la Eucaristía todo el Cuerpo de Cristo está presente (totus Christus). Quienes no tienen la posibilidad de reproducir telemáticamente estas celebraciones, recuerden que la celebración litúrgica en el orden de la gracia tiene todo el valor. Es bueno, y estarán contentos, que los fieles sepan la hora que el sacerdote celebra la Eucaristía en la parroquia, aunque no sea retransmitida telemáticamente. Le puede acompañar, presencialmente, una persona de confianza, guardando siempre la prudencia y las normas sanitarias vigentes. El resto de fieles, desde casa, se pueden unir a la oración de toda la Iglesia.
 
 
2) La Eucaristía del Domingo de Ramos se celebrará conmemorando la entrada del Señor en Jerusalén según la fórmula tercera, o entrada sencilla (Misal Romano, p207), omitiendo el rito de la procesión y de la bendición de los ramos. En mi caso la celebraré a las 12 horas en la Catedral.
 
 
3) La Misa Crismal, con la bendición de los Santos Óleos, la celebraré por toda la diócesis en la catedral, el día 7 de abril, a las 7 h. de la tarde. La Misa, sin la participación presencial del Pueblo santo de Dios. Únicamente invitaré a los tres arciprestes de la ciudad. La distribución de los Santos Óleos se hará más adelante, cuando termine el estado de alarma. La renovación de las promesas sacerdotales, como indicaba la carta del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, que ya habéis recibido, queda trasladada en nuestra diócesis al día de la Solemnidad de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote el próximo 4 de junio.
 
 
4) Respecto al Triduo Pascual, recuerdo lo establecido en el «Decreto en tiempos de COVID-19» de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del pasado 19 de marzo (Prot. N. 153/20): El Jueves Santo, según lo establecido por aquellos a quienes compete, se puede celebrar la Misa de la Cena del Señor. Sabéis que se ha concedido excepcionalmente a todos los presbíteros la facultad de celebrar en este día la misa sin pueblo, en un lugar adecuado. El lavatorio de los pies, que es facultativo, se omite. Al final de la Misa de la Cena del Señor se omite también la procesión y la reserva en el sagrario del Santísimo Sacramento. Los sacerdotes que no tengan la posibilidad de celebrar la misa deben rezar Vísperas (cf. Liturgia Horarum LH II, p. 391). Yo celebraré esta fiesta en la Catedral, a las 19 h.
 
 
El Viernes Santo se puede celebrar la Pasión del Señor. Hay que añadir en la Oración universal, antes de la última intención del misal, esta otra:
«Oremos también por los afectados por la pandemia que nos aflige, por los profesionales de la salud que los atienden, el reposo eterno de los que han muerto y por el consuelo de sus familiares y para que Dios todopoderoso aleje del mundo este mal. Oración en silencio.
 
 
Después el sacerdote dice:
 
 
Oh Dios, refugio en las dificultades, fuerza en la enfermedad, consuelo en las lágrimas, mirad benignamente nuestra tribulación, aparta del mundo el mal que lo perturba, y confírmanos en la fe y en la caridad, porque no dudamos de tu providencia de Padre. Por Jesucristo nuestro».
 
 
La adoración de la cruz consistirá en un breve momento de silencio, tras una invitación a los presentes a realizarla de forma conjunta. Este acto el celebraré en la Catedral a las 17 h.
 
 
La Vigilia Pascual se podrá celebrar con estas condiciones: para el «Inicio de la vigilia o lucernario», celebrada en el mismo presbiterio, se omite el fuego, se enciende el cirio y, omitida la procesión, se hace el pregón pascual (Exsultet). A continuación sigue la «Liturgia de la Palabra». En la «Liturgia bautismal», omitida la bendición del agua, tan sólo se renuevan las promesas bautismales (cf. Missale Romanum, p. 371, n.55 o Misal Romano, p. 255). Seguidamente se celebra la «Liturgia eucarística». Los que no participan de la Vigilia Pascual celebrada en la iglesia, deben rezar el Oficio de Lectura indicado para el Domingo de Pascua (cf. Liturgia Horarum II, p. 446). Se trata de una antigua tradición de la Iglesia para los que no pueden participar o celebrar la Vigilia de Pascua.
 
 
Esta celebración la presidiré en la Catedral, a las 23.30 h. Para la eucaristía del Domingo de Pascua, se omite el rito de la aspersión. Celebraré este día la Eucaristía en la Catedral, a las 12 h.
 
 
Recuerdo que el Viernes y el Sábado Santo, al mediodía, no se deben tocar las campanas de las iglesias, como se viene haciendo todos estos días. Con todo, a la misma hora, se puede hacer una oración en silencio por todos los enfermos y damnificados por la epidemia, rezando igualmente la oración del Ángelus.
 
 
 
SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
 
 
En relación al sacramento de la Reconciliación en la actual situación de pandemia, de acuerdo con la Nota de la Penitenciaría Apostólica del pasado 20 de marzo, recuerdo lo siguiente:
 
 
1. La celebración del sacramento, cuando sea el caso, deberá tener lugar en un recinto ventilado, fuera del confesionario, con la adopción de una distancia adecuada, con las medidas sanitarias pertinentes, y con la absoluta atención para salvaguardar la reserva y la necesaria discreción que pide este sacramento.
 
 
2. La absolución colectiva sólo podrá tener lugar en caso de grave necesidad, en una sala o recinto donde se encuentren reunidos ​​varios fieles contagiados en peligro de muerte. Si desgraciadamente se diera el caso durante la pandemia, se autoriza al sacerdote usar esta fórmula, con la obligación de informarme personalmente antes o después. (Cf. Ordo Paenitentiae, n.32).
 
 
3. Estas disposiciones nos recuerdan también la importancia de valorar más adecuadamente el llamado «acto de contrición perfecta», o «contrición de caridad», descrita en el mismo Catecismo de la Iglesia Católica, núm.1452. Cuando un creyente se encuentra con la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, se debe recordar que la contrición perfecta, procedente del amor a Dios estimado sobre todas las cosas, expresando en la oración personal una sincera petición de perdón y con el deseo de confesar los pecados cuando sea posible. El Señor otorga el perdón, incluso los pecados más graves.
 
 
ORACIONES POR LOS DIFUNTOS Y LAS EXEQUIAS.
 
 
Atendiendo una Orden del Ministerio de Sanidad; del pasado 21 de marzo que tieneefectos para toda España y mientras dure la situación de crisis sanitaria ocasionada por COVID-19, (adjunto el texto del BOE del día 22) os quiero advertir lo siguiente:
 
 
- Vivimos unas condiciones especiales durante estos días, por eso nos atenemos a lo dispuesto en esta norma, cuya entrada en vigor se produjo el día 14 de marzo (R. Decreto 463/2020).
 
 
- No se aplica la necesidad de las veinticuatro horas para poder realizar el entierro de un difunto.
 
 
- Afecta a todas las defunciones, independientemente de su causa, excepto la de muerte violenta, que es al criterio de la autoridad judicial correspondiente.
 
 
 
En contacto con los servicios funerarios de Lleida os informo que, a solicitud de la familia, avisarán a la parroquia del difunto. Así lo hacíamos habitualmente. El sacerdote concertará la hora de celebración en la Sala Ecuménica. La empresa dispone de geles desinfectantes y mascarillas para el que presida la oración. Cuando se trate de una defunción por coronavirus, la funeraria se pondrá igualmente en contacto con el cura de la parroquia que corresponda, y la breve oración se realizará a la entrada del cementerio, respetando siempre las normas sanitarias. En las parroquias de nuestras comunidades rurales los Ayuntamientos han emitido órdenes al respecto que hay que aplicar en estos mismos casos.
 
 
Lo dispuesto en la orden ministerial adjunta justifica que las empresas funerarias no pueden garantizar el aviso al sacerdote con las 24 horas de anticipación como sucedía en la situación anterior. Os agradezco vuestra disponibilidad para atender a las personas en estos momentos tan significativos para las familias y para nuestras comunidades.
 
 
Lleida, 27 de marzo de 2020
 
+ Salvador Giménez, obispo de Lleida