El delegado de Liturgia y Espiritualidad del Obispado de Lleida, Mn. Gerard Soler, nos explica en su colaboración semanal de la sección Liturgia Viva cómo quiere Dios que rezamos.
Podéis seguir el texto a continuación o descargarlo del documento adjunto.
DOMINGO XXX tiempo durante el año (B)
(Domingo del ciego de Jericó)
LOS SALMOS QUE LA IGLESIA REZA (1)
b) Rezar según Dios
San Pablo nos advierte que solo el Espíritu sabe rezar según Dios (Rom 8,26-27). Y así el Padre por medio de su Espíritu "sugiere" las palabras que quiere escuchar de nosotros, son "nuestras palabras". Muchas oraciones encontramos en el pueblo hebreo y cristiano, que tienen su inspiración en los Salmos: himnos, anáforas...
c) El salir de nosotros mismos, la ékstasis
Es el salir de nosotros mismos, del propio pecado, de la propia impotencia, de la desesperación, de la autosuficiencia, por la Fuerza del Espíritu Santo.
Aceptar, por la Fuerza del Espíritu Santo, que Dios abra nuestra boca (Sal 50, 17; effathà, Mc 7,34). Y por la misma fuerza (Jn 14,17) volver a entrar en nosotros mismos con Dios, ser realmente nosotros, pero con el corazón transformado por el bautismo y la confirmación.
Después salir al encuentro de Dios que ya se ha encontrado con nosotros y nos espera siempre (Sal 79, 4.8.15.20). Y comunicar con todos los hermanos de la comunidad cristiana y del mundo que viven nuestras mismas situaciones, con el Padre de Jesucristo nuestro Señor. Y participar en la historia del mundo, de los hombres, de la creación, de la redención, de la transformación, de la divinización por pura gracia gratuita de Dios, en el tiempo y el espacio.
La escritura conoce los dos caminos: del hombre redimido al Dios viviente, "¡Dichoso el hombre...!" (Sal 1,1), "Alabad a Dios..." (Sal 150,1); y del Dios viviente a nosotros: "En el principio existía la Palabra..." (Jn 1,1), "Y la Palabra se hizo carne..., y hemos contemplado su gloria" (Jn 1,14).
c) El texto de los LXX
Es el texto de los Salmos que siempre ha sido rezado por la Iglesia, y por las Iglesias separadas. La Iglesia de los siglos I-II optó por el "cánon bíblico alejandrino", no a favor del "cánon bíblico palestinense". En el Misal y la Liturgia de las Horas se emplea la numeración griega de los LXX, en algunas Biblias se usa la segunda numeración y entre paréntesis la primera.
Liturgia (LXX) Hebrea
1-8 1-8
9 9-10
10-112 11-113
113,1-8 114
114 y 115 116,1-9 y 116,10-19
116-145 117-146
146 147,1-11
147 147,12-20
148-150 148-150
Mn. Gerardo Soler
Liturgia viva. Liturgia de las Horas, 25-10-15
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