|18-06-25| Las Cáritas Diocesanas de Lleida, Solsona y Urgell han presentado hoy su memoria de actividades correspondiente a 2024 en un acto celebrado al patio del Institut d'Estudis Ilerdencs. La presentación ha contado con la participación del obispo de Lleida, Mons. Salvador Giménez; el director de Cáritas Diocesana de Lleida, Rafael Allepuz; y el secretario general, Francesc López, así como representantes de las otras dos diócesis, la de Solsona y Urgell.

 

Durante el año 2024, las tres Cáritas han atendido cerca de 8.000 personas, llegando a más de 17.000 personas beneficiarias indirectas. La inversión global total ha sido de 8.716.286 euros (más de un 10% que el 2023). De estos, casi 4 millones se han destinado a programas de acción social y 5 millones al trabajo protegido a través de empresas de inserción y fundaciones laborales.

 

Una realidad que no mejora

Francesc López ha abierto el acto con una reflexión clara: “Nos encontramos ante una situación de no recuperación. Los datos muestran que la pobreza no solo persiste, sino que es estructural y se hace invisible”. Ha destacado que, a pesar de los esfuerzos, la demanda de ayuda no disminuye, y que el aumento de precios en servicios básicos como la vivienda, la alimentación o el transporte está ahogando a muchas familias.

Uno de los focos de alerta es la vivienda: “Nos encontramos con situaciones de infravivienda, especialmente entre familias con niños y jóvenes, que se ven obligados a compartir espacios con personas que ya no son ni familiares directos”, ha explicado López. Esta realidad afecta gravemente la calidad de vida y la salud emocional de las personas atendidas.

También ha puesto énfasis en la transmisión intergeneracional de la pobreza: “El 70% de los hogares atendidos tienen menores a cargo, y estos niños se ven abocados a heredar la pobreza de sus progenitores si no se rompen los círculos de exclusión”.

 

Más presencia y más compromiso

El Secretario General de Cáritas diocesana de Lleida ha remarcado que “nuestra acción no sería posible sin el compromiso de más de 1.100 personas voluntarias y el apoyo de socios y donantes”. Ha destacado que se han ampliado los puntos de atención en el territorio, llegando a zonas rurales donde hasta ahora no era necesaria la presencia de Cáritas, pero donde la realidad social ha cambiado. Ha subrayado el incremento del 12,11% en recursos destinados a acción social respecto al año anterior, y un aumento del 17% en ayudas directas, que han llegado a los 883.539 euros, principalmente destinados a vivienda, suministros y alimentación. “Estas cifras son una muestra de nuestro compromiso para aliviar el sufrimiento de las personas y defender sus derechos”,

Por su parte, y en referencia a las cifras expuestas, Rafael Allepuz, Director de Cáritas Diocesana de Lleida ha afirmado que “Necesitamos que las administraciones se impliquen porque la distancia entre los que tienen más y los que tienen menos, cada vez es más amplia”.

 

Una mirada pastoral y de agradecimiento

El obispo de Lleida, Mons. Salvador Giménez, ha inaugurando el acto con palabras de agradecimiento y esperanza: “Cáritas es la Iglesia que quiere y acompaña. Gracias a todas las personas que, con su entrega, hacen posible esta tarea. Sois manos tendidas y corazón abierto para los más vulnerables”.

El obispo ha querido destacar el valor de la tarea de Cáritas como expresión de la caridad cristiana y como herramienta de transformación social: “Vuestro trabajo no solo ayuda, sino que dignifica. Y esto es esencial en una sociedad que a menudo gira la espalda a quienes más sufren”.

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