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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
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Fecha publicación: 
Dom, 07/13/2025

Queridos diocesanos:

Una palabra resume mis sentimientos en estos momentos, tras mi responsabilidad episcopal en esta diócesis de Lleida: GRACIAS. Es muy simple y repetida a lo largo de nuestra vida pero da a entender algo mucho más trascendente en las relaciones humanas. Se trata de una satisfacción personal por el reconocimiento del otro (persona y comunidad) que ha compartido con uno mismo las alegrías y las penas del vivir diario. Además, ser responsable de la comunidad católica comporta una clara ejemplaridad de vida y un coherente trabajo pastoral. Por eso empiezo agradeciendo a Él su infinita bondad por todo lo que me ha concedido a largo de estos diez años. La gracia de las virtudes humanas y el crecimiento en las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.

Buscaba en mis apuntes y en los libros de mi biblioteca personal alguna nota de autores leídos que fundamentaran el sentimiento de gratitud. Hay demasiadas referencias que no cabrían en este breve escrito. Como para llenar muchas páginas con frases, historias o relatos imaginarios. Sin embargo recurro ahora a dos pequeños textos bíblicos que remarcan esta realidad: “Te doy gracias, Señor, porque soy una creación admirable” (Sal 139, 14) y “Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto a vosotros” (1Tes 11, 16). Me uno a esta forma de entender y aceptar la vida que recorre mi propia historia personal con mi familia, con mis formadores y condiscípulos, con los feligreses y alumnos, con los hermanos sacerdotes y obispos (52 y 20 años de ministerio) y con todos aquellos que me han conocido y acompañado.

Gracias de una forma especial a las gentes de Lleida con quienes he hablado, he escuchado, he compartido iniciativas, alegrías y dificultades, he rezado admirando su forma de ser y de proceder. He recibido su influencia para muchas decisiones y he tratado de argumentar bien mis razonamientos para evangelizar y para tender puentes en las numerosas relaciones establecidas.

Gracias a los sacerdotes y diáconos que todavía comparten tarea pastoral; incluyo a todos los que conocí y ya han fallecido. Que el Señor les conceda la bendición y el consuelo. Agradezco el servicio de todos los miembros de la Vida Consagrada; su manera de ser y su carisma han enriquecido las tareas diocesanas.

Gracias a tantos laicos que, en su vida callada o en su responsabilidad pública (eclesial y social), me han ayudado a comprender la grandeza de su dedicación y su auténtica convicción en el seguimiento de Jesucristo mostrándolo con realismo a todo su entorno vital.

Gracias a las instituciones católicas que presentan soluciones a los diversos problemas que nuestro mundo actual destila. Es impresionante su labor en los distintas problemáticas que los grupos humanos plantean; intentan presentar siempre el mensaje de Jesús con fidelidad y paz.

Quiero agradecer a las autoridades su ayuda y colaboración en todo momento. Me he sentido muy acompañado en la difícil tarea de responder de modo adecuado a los múltiples casos de carencias materiales y emocionales que existen a nuestro alrededor.

Agradezco a los responsables de los medios de comunicación su estima y comprensión.

Gracias también a los distintos servidores de la cosa pública; a tantas personas que circunstancialmente hemos coincidido y colaborado en distintos niveles.

A todos también pido perdón por las ausencias, las carencias, los olvidos y cualquier otra actuación que no haya estado a la altura de lo que se esperaba de mí.

 

+Salvador Giménez, obispo emérito de Lleida.

 

 

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