|14-07-25| La parroquia de Sant Antoni Abad de Corbera de Llobregat, en el Baix Llobregat, se llenó el domingo 13 de julio de feligreses que se despidieron del hasta entonces su rector, Mn. Daniel Palau, puesto que el 19 de julio tomará posesión como nuevo obispo de Lleida. En un artículo publicado en Agencia Flama, la celebración fue "especial". No era una eucaristía convencional, sino una misa de despedida “a Dani, sin el sacerdote delante”, como admitían muchos de los numerosos fieles tanto de esta parroquia como de la de Santa Maria, también de Corbera, que acompañaban el obispo electo de Lleida, Daniel Palau, antes de irse hacia el Segrià. Y una misa que acababa, sorprendiendo Palau, con toda la cultura popular corberenca danzando ante suyo.

 
Eran precisamente grupos de jóvenes vinculados a entidades culturales “creadas, orientadas o reimpulsadas por Palau durante estos cerca de trece años dando vida en el municipio“, como admitía a Flama una de las feligresas de Santa Maria, la corberenca Magda Boltà, quienes hacían emocionar un cura que minutos antes exponía con varios objetos en las manos los aspectos que mejor definen su concepción vital.
 
En primer lugar, con un regalo recibido por los esplais juveniles de esta y otras localidades próximas en que Palau ha dejado su huella, consistente en un conjunto de fulares enmarcados y que evidencian como “la vida, llena de colores y, a veces, de grises, tiene que ser entendida como un servicio“, según el presbítero. En segundo lugar, con una rueda de bicicleta “capaz de hacernos entender que, como sus radios, todo lleva a Jesús“, decía. Y, en tercer lugar, con un ukelele, “objeto que desprende música como la alegría con que todos y todas tenemos que poder dar gracias y recuperar la esperanza, la paz y el entusiasmo para vivir en una gran melodía“.
 
“Dani es esto”, manifestaba Boltà al acabar la celebración, “color, movimiento y música”. “Nos ha dado vida“, agregaba la corberenca expresando una opinión que también compartía Montserrat Fenés, feligresa de San Antonio Abad: “No me extraña nada lo que hemos vivido hoy aquí, con la presencia de personas que no acostumbran a venir nunca a misa”, reconocía Fenés, para quién “decir que Daniel es hermano es poco, y decir que es padre es como hacerlo más grande de la cuenta; por lo tanto, ha estado como un hermano-padre querido por todo el mundo“.
 
Fenés, una mujer que ya se temía que “con toda la trayectoria de Daniel, se veía venir que pronto volaría alto y marcharía”, también tenía palabras para uno de los últimos regalos entregados a quienes el próximo 19 de julio será ordenado obispo y tomará posesión a la Catedral Nueva de Lleida: “Hace pocos días se presentó un vecino de la población para regalarle [a Daniel Palau] el piano que hoy ha sonado en la parroquia”, revelaba. Un instrumento, pero, que Palau no se llevará en Lleida porque, según ella, “ha preferido que sirva a todos los corberencs para tocarlo cuando quieran“, como una abuela y un nieto que ya lo hacen varios días por semana.

Font: Agència Flama | Xavier Pete