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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 03/27/2020

Ante la Semana Santa Desde que escribí este comentario al día de hoy han cambiado mucho las circunstancias de nuestro mundo con motivo del coronavirus que tanto nos está preocupando a todos. Mantengo en lo fundamental el contenido de mis palabras ante la Semana Santa pero aconsejando que respetemos y cumplamos las indicaciones de las autoridades sanitarias que por el bien común nos hacen. Son decisiones que alteran los planes largamente preparados por los responsables de las Cofradías, Hermandades y Asociaciones a los que agradezco muy sinceramente su dedicación. Nos ponemos todos en manos de Dios y no olvidamos en nuestras oraciones a todos los afectados por esta pandemia.

 

Queridos diocesanos:

 

Faltan pocos días para celebrar en los templos y en las calles las últimas horas de Jesucristo, su Pasión, Muerte y Resurrección. Es un acontecimiento vivido con intensidad por un buen número de cristianos participando activamente en los oficios divinos, siendo miembros de las cofradías y hermandades de Semana Santa o contemplando como meros espectadores los pasos o recorrido del mismo Señor.

 

Quisiera invitar a todos a vivir con coherencia la fe que profesamos. Que nadie olvide la importancia del mensaje de Jesús para toda la humanidad y, en concreto, para nuestro mundo occidental y para la sociedad en la que se desenvuelve nuestra vida.

 

Recordáis, cuando hablaba de la religión en el ámbito escolar, mi referencia a los pilares de la civilización occidental. Fue hace ocho días. Me venía a la mente cuando leía el lugar de la crucifixión de Jesús en el monte Gólgota. Hay autores que fijan en tres montes el acervo cultural de nuestro mundo. Acrópolis, Gólgota y Palatino. Otros lo amplían a las ciudades representativas: Atenas, Jerusalén y Roma. Otros aducen el contenido del saber universal: la filosofía, el cristianismo y el derecho. Y todos aceptan que esos conocimientos generan una vida que se prolonga durante muchos siglos y que ha sido la base de la convivencia social y el reconocimiento claro e insoslayable de la dignidad de los individuos. Tal como ahora conocemos el concepto de persona y de sociedad son un producto derivado del cruce y solapamiento de estas tres grandes realidades.

 

Me parece que todos somos deudores de este impresionante legado. Y todos estamos obligados a cuidarlo y a evitar su desaparición u ocultamiento de la vida pública. Con más razón los cristianos para quienes constituye la fe uno de los pilares básicos de su existencia coadyuvando los otros dos al desarrollo y plenitud de su mirada y compromiso con el mundo.

 

Desde esta argumentación cabe una llamada y un agradecimiento a todos los que hacen posible las celebraciones pascuales. Llamada a que participéis con autenticidad en cuantas celebraciones podáis. Que todos los cristianos profundicen en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, haciendo de su presencia en los distintos oficios cultuales y culturales un acto de conversión profunda en el seguimiento del camino de la cruz. Hasta el Gólgota.

 

A pesar de lo dicho antes, sabemos los cristianos que la fe no está sujeta a las adherencias culturales o a las costumbres más o menos vigorosas de nuestro pueblo. No se reduce a ello la defensa que ahora hacemos. La fe es la adhesión a Jesucristo y la constan te petición de su gracia para que nos conceda una vida volcada a su alabanza y a la dedicación constante y sincera a nuestros hermanos, sobre todo a los que encarnan el sufrimiento con mayor desgarro.

 

Con mi bendición y afecto.

 

† Salvador Giménez Valls Obispo de Lleida