Los laicos catalanes se preparan para el congreso en Madrid. El pasado sábado se reunieron todos los laicos del Apostolado Seglar de Cataluña, entre ellos un grupo de la diócesis de Lleida, para acabar de concretar las propuestas que defenderán a Madrid los próximos 14, 15 y 16 de febrero. Un encuentro que también sirvió para reunirse para crear más hermandad.

 

Cuestiones como los aspectos positivos para ser una Iglesia misionera o las dificultades que hay que afrontar. Así como los obstáculos que los laicos encuentran para vivir su vocación; o también determinar el horizonte hacia donde hay que andar en el futuro, son las propuestas que los más de 200 laicos y laicas han ofrecido a los miembros de los Apostolados Seglares catalanes en un precongreso que los llevará directos al Congreso del Laicado 2020.

 

Introducción de Mons. Planellas

La inauguración de la jornada empezó con el arzobispo de Tarragona, Mons. Joan Planellas. Primeramente, encaró las dificultades actuales ante la espiritualidad: La indiferencia progresiva, el enfriamiento espiritual, el engaño de la apariencia, la vanidad o la soberbia, son solo algunos de los problemas que el arzobispo detectó. Seguidamente, Mons. Planellas propuso a los laicos presentes las maneras para llegar a rejuvenecer esta espiritualidad. “Intensificar la intimidad con el Señor, ser próximos a las personas para que puedan ver cómo vivimos; paciencia y estimar a Dios”. Estas son las cuatro premisas que propuso el arzobispo.

 

Responsabilidades, derechos y deberes del laicado

 

Así mismo, reafirmó en reiteradas ocasiones que “La actividad misionera es un deber de «todos» los miembros de la Iglesia” pidiendo más responsabilidades para los laicos porque así, dejen de estar al servicio de los sacerdotes y empiecen a tener una relevancia sustantiva en la Iglesia. Por eso, propuso tres derechos y deberes para todo el laicado. El primero derecho y deber de todo laico es “ejercer el apostolado”. En segundo lugar, el apostolado tiene el derecho de ejercer esta posición “asociado, sea en varias comunidades o movimientos laicales”. Por último, el apostolado puede ser llamado “a unos determinados ministerios y servicios” asegura Mons. Planellas que propone desde el ministerio de la palabra, hasta la sustitución por carencia de presbíteros.

 

Recuperar una Iglesia sinodal

El arzobispo Planellas pidió a todos los laicos presentes la “necesidad de recuperar una Iglesia más «corresponsable» y «sinodal». Así, aseguraba que “todos somos necesarios, pero hace falta un cambio de mentalidad”. También propuso que “todos los miembros de la Iglesia tienen que ser activos, cada cristiano posee su olfato para encontrar nuevos caminos que el Señor abre en la Iglesia”. Por último diferenció que “no todos en la Iglesia tenemos la misma misión” sino que cada cual tiene que dar su toque con la misión que más se le adecue. Para lograrlo solo hace falta “una escucha atenta, una comunión fraternal y dejar espacio al Espíritu Santo” concluyó Mons. Planellas.

 

El laicado, la inmensa mayoría del Pueblo de Dios

“Los laicos y laicas son la inmensa mayoría del pueblo de Dios. A su servicio estamos la minoría de los ministros. A veces tenemos que recordarnos que todos nacemos laicos” aseguraba el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo. Así mismo, el obispo explicaba que el laicado “es una gran familia, una comunidad de comunidades” de este modo añadía cómo todos los presentes “somos piedras vivas de fieles que construimos esta Iglesia”. Finalmente, Mons. Gordo ilustró a los laicos con una metáfora. “La Iglesia es una canoa donde los grandes ayudan a los más pequeños a mantener la dirección y los más jóvenes reman con bastante fuerza imaginando lo que les espera, pensando en el futuro”.

 

Las conclusiones del pre-congreso en Cataluña

Los laicos presentes también dijeron la suya en este pre-congreso. La gran mayoría de los laicos valoraba como aspecto positivo el aumento de la conciencia de la responsabilidad en la misión. Así como el compromiso más grande de los laicos. Por otro lado, el laicado catalán puso en primer lugar como dificultad para superar dentro de la Iglesia, el papel de la mujer, seguidamente del clericalismo o la carencia de comunión entre ellos mismos. La carencia de comunidades fuertes, el laicismo, las dificultades para acoger a la diversidad, la carencia de conciencia en diferentes aspectos, la carencia de oferta formativa o no saber llegar a los jóvenes, son solo algunos de los aspectos que los laicos de Cataluña consideran un “obstáculo por la vivencia de su vocación”.

 

Por eso, consideran que hay que potenciar más: En primer lugar, la plegaria; en segundo lugar, la formación; en tercer lugar, el acompañamiento; y así progresivamente pasando por los jóvenes, la familia, la educación, el trabajo, la política y acabando con el ocio como menor punto a potenciar. Finalmente, el Apostolado Seglar de Cataluña les pidió a todos escribir hacia qué horizonte creen que hay que andar como comunidad laical. De aquí salieron muchas propuestas e ideas; como una Iglesia abierta o más formación con más testigos, que servirán para ir a Madrid con las manos muy llenas para hacer más grande y fuerte el laicado a todas las comunidades de todo el territorio.

 

(Delegación de Apostolado Seglar del Obispado de Barcelona)