El leridano y religioso claretiano Josep Maria Abella, ha tomado posesión de su nueva diócesis de Fukuoka, en Japón. Lo ha hecho en una Eucaristía celebrada a la catedral católica de Nuestra Señora de la Victoria, conocida como iglesia de Daimyomachi, sin ninguna solemnidad y con las restricciones que también en el Japón ha impuesto la Covid-19, a la espera de que cuando pasé la pandemia pueda celebrarse una Misa solemne con la asistencia de los fieles católicos de aquella diócesis japonesa.

 

Así solo han participado en la ceremonia religiosa una quincena de presbíteros y una docena de fieles, todos ellos con mascarilla y respetando la distancia.

El religioso leridano, que ha servido en la diócesis de Osaka también en Japón, como obispo auxiliar desde junio de 2018, fue nombrado el pasado 14 de abril por el Papa Francisco nuevo obispo de diócesis de Fukuoka, en la isla de Kyushu. Comprende tres Provincias: Fukuoka, Kumamoto y Saga, con alguna ciudad grande y una mayoría de zonas rurales, con una población de 7.753.229 habitantes, de los cuales son católicos 30.222 (0´39%).Cuenta con 55 parroquias, 9 centros misioneros, 29 sacerdotes diocesanos y 37 sacerdotes religiosos y 29 religiosas.

El obispo Abella nació en Lleida el 3 de noviembre 1949. Hijo de la calle la Palma, de pequeño fue monaguillo de la antigua iglesia de San Pablo de los religiosos claretianos, orden en la que posteriormente ingresaría, haciendo la profesión perpetua el 8 de diciembre de 1972 y recibiendo la ordenación sacerdotal el 12 de julio de 1975.

 

Habiendo sido destinado como misionero en el Japón, ejerció como máximo responsable mundial de los Misioneros Claretianos durante 12 años y del 2003 al 2015, fue Superior General de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Coro de Maria. El 2015 volvió a Japón, donde fue rector de la Catedral de Osaka y posteriormente obispo auxiliar junto al arzobispo de aquella diócesis japonesa.