La Congregación de los Dolores de Lleida celebró el pasado 15 de septiembre la fiesta litúrgica de los Dolores (Dolores Gloriosos) con una Eucaristía en el Oratorio presidida por Mn. Vicens Alfonso, consiliario de la Congregación.

En la homilía el celebrante valoró la oración como fundamento de la vida cristiana y animó a recuperarla así como también a practicar las virtudes de manera que la Palabra de Dios tenga más incidencia en nuestra vida. Respecto a la festividad de la Virgen de los Dolores recordó su continuidad con la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada el día anterior.

Terminada la Eucaristía los asistentes pudieron besar la medalla de la Virgen de los Dolores, subir a su camarín y compartir un aperitivo con la tradicional torta con chocolate e higos. Junto con los priores de la cofradía, Fernando Gracia Mazarico y Carmen Roch Cemeli, y de congregantes y devotos de la Virgen de los Dolores, había representantes de la Academia Mariana, de la Cofradía de la Virgen de Montserrat, de la Hermandad del Rocío, de la Virgen de la Arcada-parroquia de San Pedro, de la parroquia del Carmen y otras advocaciones marianas de Lleida. La celebración de la fiesta de los Dolores gloriosos de la Virgen, en el 300 aniversario de la Congregación, iba unida al III Encuentro de las Advocaciones Marianas, que tendrá su acto más relevante el viernes del Septenario de los Dolores, el próximo mes de marzo.

La Venerable Congregación de la Virgen de los Dolores fue fundada en 1718 por el obispo Francisco de Olasso. Insertada dentro del orden de los Siervos de María o "Servitas" se establecieron en la iglesia del antiguo Hospital de Santa María y la del convento de la Merced, hasta que se dotaron de iglesia propia: el oratorio de los Dolores en la calle Caballeros, construido entre 1724 y 1738, de estilo neoclásico con rasgos barrocos. Su retablo está presidido por la imagen de la Dolorosa, obra de Joan Sáez, que fue coronada canónicamente el 20 de mayo de 2018 en los actos de celebración del 300 aniversario de la Cofradía.