Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 02/11/2022

Escribir sobre los enfermos o hablar de enfermedades y/o dedicar tiempo a conversar con los enfermos provoca siempre en nuestro interior una cercanía y una ternura hacia el prójimo que resulta muy elocuente y, además, gratifica cumplir con una acción de misericordia ante los más frágiles de nuestra sociedad. Los enfermos necesitan de nuestra palabra, de nuestro aliento, de nuestra comprensión. También de nuestras oraciones, de nuestro silencio atento, de nuestra compañía.

 

A pesar de la gran dificultad que cualquier ser humano tiene para afrontar la enfermedad y la muerte no ahorramos espacio y tiempo de nuestra vida para formular las grandes preguntas sobre la fragilidad, la finitud o la soledad vital. Lo hacemos cuando es propio pero también cuando lo vemos en el dolor ajeno; a todos nos conmueve la actitud de algunos que saben vivir y sortear el sufrimiento. Les comprendemos y les admiramos. Tratamos de esforzarnos en ayudarles y prestarles un servicio fraterno. De rezar por la recuperación o pedir fortaleza para afrontar la situación.

 

En muchas parroquias de la diócesis hay grupos dedicados especialmente a los enfermos. Desde la Delegación Diocesana de la Pastoral de la Salud se intenta ofrecer los medios oportunos para que nadie se sienta solo en los momentos de su enfermedad. Animan con supalabra y con su actitud a quienes experimentan el sufrimiento. No en balde la Iglesia ha promovido la creación de hospitales y clínicas en todo el mundo para atender a los miles de enfermos que a ellos se acercan. También nos ofrece reflexiones y orientaciones para los días señalados como la Jornada Mundial del Enfermo que la hace coincidir con la fiesta de la Virgen de Lourdes, el 11 de febrero. Es una advocación muy querida por enfermos y familiares que les acompañan.

 

Para esa Jornada el papa Francisco ha dirigido un Mensaje invitando a estar al lado de los que sufren en un camino de caridad y ha escogido como lema una frase del evangelio de san Lucas: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (6, 36). Subrayo una frase del referido Mensaje que nos interpela a todos, “…quisiera recordar que la cercanía a los enfermos y su cuidado pastoral no sólo es tarea de algunos ministros específicamente dedicados a ello; visitar a los enfermos es una invitación que Cristo hace a todos sus discípulos”.

 

Otra actividad eclesial se celebra durante estos primeros días de febrero y que alguna connivencia tiene con todo lo anterior. La Campaña de Manos Unidas contra el hambre en el mundo lleva más de sesenta años sensibilizando a nuestra sociedad sobre esta permanente plaga que afecta a muchos millones de personas en todo el mundo y promoviendo acciones para contribuir a erradicar las causas que lo provocan.

 

Es muy conocida y reconocida esta organización de la Iglesia católica que, durante los primeros días de febrero, recuerda su finalidad y su trabajo durante el resto del año. Intentan utilizar todos los cauces posibles para llegar al mayor número de donantes: parroquias, colegios, empresas, asociaciones y movimientos, calles y plazas, amistades y conocidos de los responsables diocesanos. Se encargan de financiar un proyecto concreto de una institución solicitante y se obligan a examinar el proceso de la aplicación de la ayuda para la finalidad pedida. Este año el lema es el siguiente: “Nuestra indiferencia les condena al olvido” y el proyecto asignado a Manos Unidas de Lleida es la atención y formación a pequeños agricultores de Kilela Belanda (República del Congo).

 

                                                                                              +Salvador Giménez, obispo de Lleida.