Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 02/03/2019

Queridos diocesanos:
No cabe la menor duda que todos nos alegramos cuando vemos a otros actuar de modo desinteresado en favor de sus semejantes. Incluso se admiran de la capacidad de entrega y servicio que algunas de ellas manifiestan. En el fondo a todos nos gustaría que el mundo se llenara de gentes que anteponen la dedicación al otro a su propio gusto o interés. Si este impulso es motivado por la fe en Jesucristo, nos llena de satisfacción a todos los católicos porque nos sentimos representados con su actuación y, aunque el compromiso es personal, la pertenencia a la misma comunidad eclesial nos une y nos hace más cercanos. Todos no podemos estar en todas partes. Nos consuela percibir a personas de fe comprometidas en los más diversos menesteres de ayuda al prójimo.
En estos días de febrero tenemos en mente a diversos grupos de cristianos que actúan en ese sentido aunque con diversos matices de responsabilidad y participación.
Los religiosos que celebran su fiesta anual en el día de la Candelaria, el 2 de febrero. La fiesta tiene como marco de referencia aquella escena evangélica de la Presentación de Jesús en el Templo y la Purificación de Nuestra Señora. Consagrar al Niño para cumplir la promesa del Padre es el modelo de actuación de las personas que, con vida comunitaria y con un carisma determinado, nos muestran una vivencia clara de los consejos evangélicos. Los llamamos miembros de la Vida Consagrada y se entregan al entero servicio a sus semejantes. En nuestra diócesis existen varias comunidades de religiosos que nos ayudan y que son objeto de nuestra admiración y agradecimiento.
Las personas mayores, agrupadas en nuestra Iglesia en el movimiento de Vida Creixent. Es su fiesta también el mismo 2 de febrero porque en el templo de Jerusalén, cuando llegó Jesús para ser presentado, allí estaban dos ancianos, Simeón y Ana, que nos dieron ejemplo de una fe viva y una confianza ilimitada en el Señor anunciando al mismo tiempo el cumplimiento de las promesas o de pregaria. Muchos ya conocéis que Vida Creixent es un espacio de oración, de formación, de acompañamiento y de ayuda mutua. Muchos de sus integrantes establecen fuertes vínculos de amistad y de atención a los enfermos, impedidos y a los que viven solos; acuden también a residencias de mayores a interesarse por su situación espiritual, personal y familiar.
Las personas de la pastoral de la salud y la Cofradía de la Virgen de Lourdes (la fiesta, el 11 de febrero) que muestran una significativa atención a los enfermos. La enfermedad es un período en el que se manifiesta con total claridad la fragilidad humana. Las reacciones de cada cual ante la misma son variadas, desde la desesperación hasta la aceptación de la propia situación llegando a ser un ejemplo para los cercanos y los cuidadores. Es muy importante señalar con admiración el trabajo de los voluntarios ante y con los enfermos. Agradecer a los profesionales en hospitales y residencias su dedicación y a todos aquellos que en sus domicilios cuidan con cariño a sus familiares sometidos a tal contingencia.
Son muchos los que actúan con bondad hacia las necesidades de los demás siguiendo el ritmo que marca el Señor en el evangelio. Me impresionó la frase de un autor ruso llamado Vladimir Soloviev que decía: “Afirmar que a Dios no le interesan nuestras necesidades materiales significa justificar el ateísmo ya que limitamos la divinidad”. Estamos de acuerdo. A Dios le interesa todo aquello que motiva a la caridad y evita el egoísmo.
Con mi bendición y afecto.
        +Salvador Giménez, bisbe de Lleida.