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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 11/15/2015
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DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

  Cada año nuestra Iglesia dedica un domingo de noviembre a la petición de oraciones y colaboraciones en favor de la diócesis. Todos los católicos se saben miembros de una parroquia en la que participan con su presencia o con su dedicación constante. Este domingo recuerdo a todos su pertenencia a la iglesia diocesana. Con tal motivo se formaliza una campaña de sensibilización con folletos explicativos, lema y moniciones diversas. Se busca que entre todos atendamos las necesidades de cuantos más mejor. Os ofrezco mi aportación que he escrito para el folleto que distribuirán hoy en las parroquias.

El lema actual es muy sugerente. Además de complementar comunidad y persona, hace referencia implícita a gran cantidad de historias individuales que expresan alegrías y soportan dificultades acompañadas siempre por la colaboración de sus semejantes. Y lo dice de forma directa señalando y agradeciendo tu propio apoyo.

            Es el apoyo de cada cristiano que celebra su fe en comunidad. En la propia parroquia ha nacido y ha crecido en el aprendizaje del mensaje del Señor, en la participación de los sacramentos y le han puesto los cimientos para actualizar la caridad, para el compartir sonrisas y tiempos, monedas y espacios. Uno percibe que conforme avanza en la identificación con Cristo le urge más la atención a los hermanos. Y todo ello evitando caer en un vacío intimismo o en un desbocado activismo. El cristiano quiere actuar siguiendo el estilo de su Maestro apretando con una mano la del Padre Dios y tendiendo la otra al hermano que le acompaña en el camino de la vida.

            Seguro que conocéis muchas historias individuales o familiares, habéis analizado los aspectos concretos en las reuniones comunitarias y habéis intentado posibles soluciones a las dificultades que os han planteado. El lugar idóneo para acercarse a situaciones ajenas es la comunidad cristiana. Es cierto que la fe es una opción personal, que la gracia de Dios inicia todas nuestras motivaciones, que la exigencia individual de crecimiento cristiano es un proceso lento y, en ocasiones, vacilante. Pero también es cierto que la experiencia comunitaria de la fe nos enriquece y nos posibilita ampliar el radio de acción de ayuda y apoyo a nuestros semejantes; al tiempo que nos muestra el camino para luchar contra el egoísmo, nos marca la línea para la caridad.

            La parroquia desarrolla gran cantidad de actividades que comprometen a los bautizados. Pero cuando se refiere a actuaciones de ayuda y solidaridad desaparecen las identidades culturales, étnicas, sociales o religiosas. No se excluye a nadie; todos tienen la puerta abierta de nuestro corazón y el de la comunidad. Así lo pide el Señor.

            La Iglesia diocesana es el conjunto de parroquias donde las distintas comunidades y grupos cristianos coordinan y potencian su esfuerzo y trabajo diario. Anualmente señalamos una fecha para recordar esta realidad eclesial y para pedir a todos mayor colaboración en todas las direcciones, en la plegaria, en la dedicación de nuestro tiempo a los demás, en la capacidad de acogida, en la aportación de recursos materiales.

            Tenemos la convicción de que hay realidades que superan la atención parroquial y se necesita la colaboración de otras instituciones. No sólo para la preocupación por las personas que nos rodean sino el cuidado del patrimonio que los antepasados nos legaron y que nuestra diócesis necesita mantener y legar a las generaciones venideras.

            Mi historia personal se suma a las de muchos otros. La mía necesita mucho de vuestra oración. Las de otros también de vuestra ayuda material. Mostrad generosidad con todos.

 

                                                                                  +Salvador Giménez

Obispo de Lleida