El obispo Joan dirigió la meditación y la plegaria del retiro de adviento de la Delegación diocesana de Litúrgica y Espiritualidad, que se celebró domingo 15 de diciembre en la capilla del Santísimo de la Catedral de Lleida.

Durante su mensaje, nuestro obispo hizo varias referencias a la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, remarcando que somos la Iglesia de los pobres y que nuestra misión es servir a los pobres.

Después de la meditación y la plegaria hubo una adoración en silencio y la celebración de la eucaristía, donde el obispo Joan volvio a hacer referencia a la exhortación del Papa Francisco, citando el artículo 197:

“El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo « se hizo pobre » (2 Co 8,9). Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres. Esta salvación vino a nosotros a través del « sí » de una humilde muchacha de un pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran imperio. El Salvador nació en un pesebre, entre animales, como lo hacían los hijos de los más pobres; fue presentado en el Templo junto con dos pichones, la ofrenda de quienes no podían permitirse pagar un cordero (cf. Lc 2,24; Lv 5,7); creció en un hogar de sencillos trabajadores y trabajó con sus manos para ganarse el pan. Cuando comenzó a anunciar el Reino, lo seguían multitudes de desposeídos, y así manifestó lo que Él mismo dijo: « El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres » (Lc 4,18). A los que estaban cargados de dolor, agobiados de pobreza, les aseguró que Dios los tenía en el centro de su corazón: « ¡Felices vosotros, los pobres, porque el Reino de Dios os pertenece! » (Lc 6,20); con ellos se identificó: « Tuve hambre y me disteis de comer », y enseñó que la misericordia hacia ellos es la llave del cielo (cf. Mt 25,35s)”.