Solamente se le considera obispo electo.
Sus orígenes son dudosos; según algunos nació en Lleida; otros, sin embargo, creen que nació en Monzón. De muy joven fue nombrado canónigo de Lleida.
Fue elegido obispo en 1255, pero se resistió a aceptar. Está documentada su actuación episcopal en mayo de 1256, si bien murió a los cuatro meses con fama de santidad. Ha sido el único obispo de Lleida que ha merecido el honor de los altares. Fue venerado como beato y recibió culto en la catedral.
En las misas solemnes, el diácono no solamente incensaba el altar, sino también el sepulcro del obispo Berenguer de Peralta. En el catálogo de los aniversarios de la catedral, se leía, que el 6-III, en el libro que llevaba por nombre “PRETIOSA”; al hablar de Berenguer, se le daba el nombre de santo.
En algunas procesiones por el interior de la catedral, se hacía estación delante del sepulcro del obispo Berenguer, y se rezaban las oraciones propias del día de la festividad. Todo esto se acabó el 11-XI-1707, día de san Martín, cuando los soldados del Rey Felipe V convirtieron la Seu de Lleida, en almacén de intendencia. De hecho el culto litúrgico y público fue suprimido.
Se le considera de la generación de los repobladores de las tierras leridanas después de la recuperación cristiana, el año 1149, por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.
En su epitafio, se escribió: “Anno Domini 1256 sexto nonas Octobris transitus Vanerabilis Patris Domini Berengarii de Peralta huius Sacro-sanctae Sedis electi”.
El año 1370, el canónigo Joan de Peralta, instituyó una capellanía sobre el altar o sepulcro de san Berenguer, en la Catedral de Lleida.
Mn. Ramiro Viola González