Nació en Medina del Campo (Valladolid), era hijo de Diego y de María de Paredes. Estudió en diversas instituciones, v.g.: Salamanca. Pronto fue nombrado obispo de Albarracín, pero no tuvo tiempo de tomar posesión de la diócesis turolense, puesto que fue enviado al obispado alicantino de Oriola. Esto sucedía entre 1627 y 1636.

El Papa Urbano VIII le nombró obispo de Lleida en agosto y tomó posesión por mediación de procurador, Francisco Piquer, el 7 de Febrero de 1636.

De su época se comenta el hallazgo del Sant Crist Trobat y en la parroquia de San Lorenzo de la ciudad de Lleida. El obispo Caballero de Paredes ordenó la formación del expediente habitual para poder garantizar la exactitud del encuentro de la imagen del Santo Cristo. Quia satis constet de justo deprecantium desiderio...

La devoción a este Santo Cristo fue una de las formas emblemáticas de piedad de la ciudad de Lleida. La imagen y el resto de la iglesia parroquial fueron quemadas durante la guerra civil española de 1636. Después de la guerra y, sobre todo, entre los agricultores de Lleida, renació la devoción con referencia al Santo Cristo; a pesar de ello, actualmente es una devoción casi desconocida. 

Volviendo a la época de nuestro obispo Bernardo tenemos que decir que el abad de Poblet le otorgó una serie de reliquias para la catedral leridana.

Durante su episcopado ocurrió un hecho muy importante para la historia de Cataluña, el año 1640 se inició la guerra de los Segadores, iniciada el día de la festividad de Corpus (Corpus de Sangre) el 7 de Junio de 1640. Durante este período el obispo Bernardo tuvo una serie de dificultades: él era partidario del monarca castellano Felipe IV, mientras que el pueblo de Lleida lo era de los catalanes de Pablo Claris y de los franceses que vinieron a ayudar.

Cavallero finalmente huyó de Lleida disfrazado de capuchino. Pasó por Barbastro, Tortosa y finalmente se fue a Castilla. Le nombraron obispo de Oviedo, donde creó varios problemas. Falleció el 30 de Abril de 1661.

Mn. Ramiro Viola González