Diversos
Lloc de naixement: 
El Burgo Ranero (León)
Anys naixement-defunció: 
1903 a 1936
Martir / Beat / Sant

Nacimiento y padres de Aniceto

     ANICETO vio la luz primera en El Burgo Ranero provincia y diócesis de León, el 13 de mayo de 1903. Fueron sus padres Pablo y Antolina, que hicieron de su casa un verdadero hogar, bendecido por Dios con el don de sus diez hijos. El 17 de mayo derramó  sobre él las aguas del bautismo el párroco de la iglesia de San Pedro, apóstol. El obispo de León le administró el sacramento de la confirmación, el 11/12 de junio de 1911.

 

El pueblo de Aniceto y ambiente familiar

     El Burgo Ranero, del partido judicial de Sahún, se asienta en una llanura, con buena tierra cereales, legumbres y vid. A principios del siglo su censo era de unos mil cuatrocientos habitantes. Allí vivia la familia de Aniceto, tan numerosa que obligaba al padre a imponer orden en ella actuando con seriedad y autoridad. En cambio, la madre, con su simpatía y su buen hacer, conseguía que reinara en su casa la concordia y que todos aprendieran educación y buenos modales. Sus hijos han recordado la consigna que con frecuencia les daba: Hijos míos, levantaos pronto, rezad las oraciones de costumbre e id a vuestros trabajos. En la iglesia habéis de estar con sumo respeto y piedad.

 

Carácter de Aniceto. Intento se de abrazar la vida marista

Aniceto era un niño piadoso, angelical, algo tímido, sano de alma y de cuerpo, que sabía ganarse con facilidad el aprecio de propios y extraños y que tenia muchos amigos entre sus compañeros. Tal vez por eso, el párroco lo ponía como modelo a los demás. Él había decidido ser marista y su madre deseaba que lo fuera, pero, al llegar el momento de la partida, ésta lo sintió tanto que Aniceto se echó atrás en su decisión. Al saberlo uno de sus hermanos mayores, que estaba en el seminario marista de Tuy, alentó a su hermano para que lo siguiera. Éste se armó de valor y fue capaz de dejar a su querida madre.

 

En el seminario marista de Tuy. Vida marista

Así, pues, el 30 de julio de 1916 ingresó en Tuy, donde estaba su hermano; en abril del año siguiente, pasó a Pontós (Girona), donde tomó el hábito marista el 22 de agosto de 1918, recibiendo el nombre de H. Ángel Hipólito. Después del año de noviciado, emitió los primeros votos anuales el mismo día del año siguiente. El 15 de agosto de 1925 se entregó a Dios de por vida con la profesión perpetua.

 

Itinerario educativo del H. Ángel Hipólito

Sus destinos como profesor en los colegios maristas fueron los siguientes: en agosto de 1919, llegó a Vigo; el mismo mes de 1921, fue a Segovia; desde agosto de 1922, se encuentra en Palencia; en el mismo mes de 1925, se trasladó a Pontevedra; en agosto de 1926, volvió a Vigo; desde octubre de 1929, se halla en La Coruña; en marzo de 1930, partió para Lugo; en octubre de 1931, volvió a Palencia; en agosto de 1933, fue al colegio de la calle Fuencarral de Madrid. En esta ciudad fue detenido.

 

Perfil religioso y educativo del Siervo de Dios, H. Ángel Hipólito

Los hermanos de su comunidad afirmaban que poseía en alto grado las virtudes de humildad, sencillez y modestia, propias de la Congregación marista. Otros decían que era un religioso muy observante, siempre dispuesto a obedecer. Gradas a su celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, todos creían que estaba siempre dispuesto a servir a los demás y a ayudar a cuantos lo necesitaran.

 

Detención en compañía del H. Julián Marcelino y otro marista, prisión y martirio

El día 15 de agosto de 1936 lo detuvieron, junto al H. Julián Marcelino y otro marista, en la residencia de estudiantes y, después de pasar la noche en la Dirección General de Seguridad, los llevaron a la cárcel de Ventas. En ella se comportó con entereza, a pesar de las calamidades que tuvo que soportar. De vez en cuando se paseaba solo y en silencio; otro hermano, preso como él, le preguntó qué hacía. Él le contestó: Cumplo miss deberes con Dios y me preparo para lo que pueda suceder.

El 3 de noviembre lo asesinaron, junto a otros presos, en el cementerio de Aravaca. Murieron gritando jViva Cristo Rey!

                                                                         Benigno GIL