
[02-07-25] En el marco excepcional de silencio y recogimiento del Cenobio de Santa Maria de Poblet se ha celebrado este año jubilar el 37º Encuentro Interdiocesano de Vida Creixent. La convocatoria reunió a unos 700 miembros de los distintos grupos que conforman este Movimiento apostólico en las diócesis catalanas. Tras los saludos de acogida y bienvenida, presidió la Eucaristía el Arzobispo Primado de la Tarraconense, Joan Planellas, acompañado de una treintena de consiliarios.
En su homilía, monseñor Planellas pronunció palabras alentadoras para las personas mayores, a quienes urgió a seguir siendo levadura, sal y luz en esta sociedad desorientada. “La presencia de los abuelos y ancianos —dijo— puede convertirse en un signo de esperanza en cada familia y comunidad parroquial”. Denunció también la mentalidad individualista según la cual “los ancianos son vistos como una carga y un coste excesivo para esta sociedad consumista”, en lugar de ser considerados un regalo para las generaciones venideras. Recalcó que hay que devolver la voz a los abuelos: “Su experiencia y sabiduría son pilares básicos para el progreso y la cohesión social”.
A continuación, el mismo arzobispo animó a continuar la celebración de este Encuentro extraordinario en el Pabellón deportivo que cedió generosamente el Ayuntamiento de Vimbodí para este evento y celebrar una comida de confraternidad.