La Catedral de Lleida acoige esta tarde, a partir de las seis y media, la liturgia del Miércoles de Ceniza, con que se abre la Cuaresma. El obispo Salvador presidirá la Eucaristía, precedida por el Via Crucis con los portantes de Sant Llorenç.

Según la tradición, se impone un poco de ceniza en la cabeza de los fieles que van a misa, procedente de la cremación de los laureles y palmas bendecidas el domingo de Ramo del año litúrgico anterior. La ceniza es símbolo de la caducidad de la condición humana y un signo penitencial y de conversión. Con el miércoles de ceniza se abre la Cuaresma, que recuerda los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto, donde fue tentado por el demonio, y que terminan con la celebración de la Pascua, que este año será el 9 de abril.

A parte de la celebración en la Catedral, las diferentes parroquias de la diócesis también celebran la imposición de la ceniza a los fieles.