
|29-08-24| El Papa Francisco ha alertado sobre el "pecado grave" de quien busca alejar a los migrantes y refugiados en busca de una vida mejor, y ha lamentado la "tragedia" que se vive a las rutas migratorias cuando ha denunciado la indiferencia ante los quienes mueren atravesando desiertos y mares.
El Pontífice ha sido muy claro cuando ha dicho que "hay quién trabaja sistemáticamente y con todos los medios para expulsar los migrantes. Y esto, hecho con conciencia y responsabilidad, es un pecado grave". Francisco ha interrumpido el ciclo de reflexiones semanales de las catequesis de los miércoles para abordar, en una intervención especial, la situación que se vive a "mares y desiertos" que, "para muchos, para demasiadas personas, son mortales".
El Papa ha hablado en muchas ocasiones del Mediterráneo como cementerio y en esta ocasión, ha lamentado que "la tragedia es que muchos de estos muertos, la mayoría, se podrían haber salvado". También ha rechazado la creación de leyes "más restrictivas" o "la militarización de las fronteras", y ha señalado la necesidad "de una gobernanza global de la migración, basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad". La solución, ha explicado, pasa para "ampliar rutas de acceso seguras y regulares para los migrantes, facilitando refugio a quienes huyen de guerras, violencia, persecución y desastres diversos".
El Pontífice ha hablado del tráfico de personas y ha defendido acciones contra "traficantes criminales que explotan despiadadamente la miseria ajena". Igualmente, ha sido muy crítico con quienes "abandonan" los migrantes a los desiertos, donde acaban muriendo fuera de la vista de todo el mundo.
