|08-02-24| Los medios oficiales del Vaticano han publicado el prefacio del Papa Francisco al libro «¿Desmasculinizar la Iglesia? Comparación crítica sobre los «principios» de Hans Urs von Balthasar» (Ediciones Paulinas) publicada recientemente. El volumen recoge las intervenciones de tres teólogos, las religiosa salesiana Linda Pocher, Lucia Vantini y don Luca Castiglioni convocados a participar en el Consejo de Cardenales reunidos para reflexionar sobre el papel de la mujer en la Iglesia junto con la «obispa» anglicana.

 

El Papa -escribe en el prólogo del citado libro- que «la presencia y la contribución de las mujeres a la vida y al crecimiento de las comunidades eclesiales a través de la oración, la reflexión y la acción son realidades que siempre han enriquecido a la Iglesia y constituyen su identidad». Según Francisco se dieron cuenta de que «especialmente durante la preparación y celebración del Sínodo, no habíamos escuchado lo suficiente la voz de las mujeres en la Iglesia y que la Iglesia todavía tiene mucho que aprender de ellas». «Es necesario escucharnos unos a otros para «desmasculinizar» la Iglesia, porque la Iglesia es una comunión de hombres y mujeres que comparten la misma fe y la misma dignidad bautismal», defiende el Obispo de Roma.

 

Además, defiende que «escuchando verdaderamente a las mujeres, los hombres escuchamos a alguien que ve la realidad desde otra perspectiva y así nos vemos llevados a revisar nuestros proyectos, nuestras prioridades. A veces estamos perdidos. A veces lo que escuchamos es tan nuevo, tan diferente a nuestra forma de pensar y de ver, que nos parece absurdo y nos sentimos intimidados. Pero esta desorientación es saludable, nos hace crecer». «Precisamente por eso quería pedir a una mujer, teóloga, que ofreciera al Consejo de Cardenales un camino de reflexión sobre la presencia y el papel de la mujer en la Iglesia», escribe Francisco.

 
Para el Papa, «el punto de partida de este camino es la reflexión de Hans Urs von Balthasar sobre los principios marianos y petrinos en la Iglesia, reflexión que inspiró el magisterio de los últimos pontificados en el esfuerzo por comprender y valorizar las diferentes presencias eclesiales de hombres y mujeres». Por otro lado, el Pontífice explica que «el punto de llegada, sin embargo, está en manos de Dios» por lo que anima a pedir «al Espíritu que nos ilumine y nos ayude a comprender, a encontrar un lenguaje y un pensamiento eficaz para dirigirnos a las mujeres y a los hombres de hoy, en la Iglesia y en el mundo, para que crezca la conciencia de la reciprocidad y la práctica de la colaboración entre hombres y mujeres».