[16-07-24] La leridana Maria Àngels Grau acaba de finalizar una estancia de ocho días haciendo ejercicios espirituales en la Cueva de San Ignacio de Manresa. Este es su relato en primera persona sobre esta experiencia:

 

LA EXPERIENCIA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

 

¿Os ha pasado alguna vez que los amigos os inviten y animen a ir a algún sitio, para hacer alguna actividad juntos, una escapada de fin de semana, unas pequeñas vacaciones, una salida al mar o la montaña… y uno no acaba de estar convencido sobre si ir o no ir? Esto mismo me pasó a mí. Me invitaron a ir a la Cueva de Manresa a disfrutar de la experiencia de hacer 8 días de ejercicios espirituales. Al principio no lo veía claro; después, me fuí animando y me puse en camino.

Al llegar todo era nuevo para mí, la casa, las rutinas, el silencio, la espiritualidad, el paso de las horas a otro ritmo. Poco a poco fui comprendiendo qué era aquello de los ejercicios espirituales. Más allá del silencio, las charlas, la Eucaristía, los ejercicios son un encuentro personal con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este encuentro es personal y diferente para cada uno, pero para todos, lleno de Dios.

Yo quisiera resaltar cómo este tiempo, que me ha acercado a Dios, por encima de todo, a mí me ha enseñado a ver a Jesús en la Cruz con otros ojos. Los ejercicios han sido días de oración, de revisión y por encima de todo de reconciliación.

Cuando los ejercicios espirituales se terminan es el momento de la reflexión, de pensar quá ha cambiado en mí en estos días. Es también el momento del retorno a la cotidianidad, que no es un volver como cuando las vacaciones se terminan, es una persona nueva quien llega, con la ilusión de traer y regalar el Espíritu de Dios y su amor a todo su entorno.