|30-05-24| Las Cáritas Diocesanas de Lleida, Solsona y Urgell han destinado durante el año 2023 un total de 7.941.592 euros para atender a las personas que acuden a la entidad, un 10,5% más que en 2022. Gran parte de estos recursos han sido dedicados en programas de cobertura de necesidades básicas y de apoyo a los colectivos más vulnerables, y a los proyectos de inserción laboral. En total, se han beneficiado de la acción de Cáritas un total de 18.173 personas de todo el territorio de las tres diócesis. Así mismo, también se han atendido más de 8.000 personas en los diversos programas que se llevan a cabo.

 
Analizando los datos con relación en los últimos años, y centrándonos más concretamente en las de después de la pandemia de la Covid-19, vemos que las cifras presentadas año tras año no dejan de crecer: Un 17% más de personas atendidas y un 12% más de personas beneficiadas de la acción.
 
Además, en los últimos años también se ha registrado un aumento constante de los recursos económicos para cubrir las demandas. En este sentido, las ayudas económicas directas se han incrementado este 2023 en un 7% respecto al año anterior, llegando a los 754.525 euros. Hay que destacar que en el caso de las familias con rentas más bajas, el 70% de sus ingresos se concentran al pagar los gastos más básicos, hecho que supone un empeoramiento de su capacidad y un incremento en las desigualdades entre todos los hogares.
 
 
Más precariedad en los hogares
En los últimos tres años, las tres Cáritas han dedicado un 27,8% más de recursos económicos a los diferentes programas de atención social, superando este año 2023 los tres millones y medio de euros. Las tres diocesanas han soportado este 2023 un aumento notable en el número de beneficiarios en el global de Cáritas, a pesar de que la cifra en cada uno de los programas de atención se ha estabilizado a excepción de las personas sin hogar, la gente mayor y la educación con un pequeño incremento. Este fenómeno podría indicar que las personas no repiten entre los programas, hecho que sugiere una diversificación y especialización en la atención proporcionada. Este dato es importante porque muestra que las necesidades están siendo abordadas con más precisión y adaptación a las circunstancias individuales.
 
La ayuda económica por persona también se ha incrementado: Si en 2020 se destinaba de media 193€ por persona atendida; en 2023, esta cifra crece hasta los 211€, poniendo de manifiesto una mayor precariedad en los hogares. Durante el año pasado, muchas más personas han requerido asistencia económica, lo cual evidencia que, aunque menos personas hayan sido atendidas en términos generales, aquellas que han requerido ayuda lo han hecho con necesidades más urgentes y específicas. Esta situación subraya la complejidad creciente de la pobreza y la precariedad en el territorio, donde los hogares necesitan un apoyo más intensivo para hacer frente a sus dificultades económicas.
 
Aumento de los recursos de las empresas de inserción
Para Cáritas, la ocupación es una prioridad y así se muestra en los 4 millones y medio de euros destinados a las diferentes empresas de inserción, CET y fundaciones. Esta apuesta clara por el ámbito del trabajo se constata desde el 2020, incrementando los recursos económicos a la empresa de inserción en un 84%, y llegando a los cerca de 3 millones y medio de euros este 2023. En la misma línea, durante este tiempo se han realizado un total de 100 contratos de inserción, el que supone un incremento del 131% respecto al periodo de antes de la pandemia de la Covid-19.
 
Llamamiento a las administraciones
Las Cáritas de Lleida, Solsona y Urgell son conscientes que cada vez aumenta la cifra de personas vulnerables. Y a pesar de la lucha diaria de las entidades para revertir esta situación, no acaban de dar con la clave para erradicar esta problemática. Es por eso, que quieren hacer un llamamiento a las administraciones y a los grupos políticos que formarán el nuevo Gobierno y les reclaman más implicación y más compromiso hacia las personas necesitadas. Desde las Cáritas aseguran que tenemos que ser capaces de ofrecer más oportunidades en toda la población, sin excepciones, para que pueda desarrollarse y llevar a cabo un estilo de vida que garantice la satisfacción de las necesidades más básicas sin dificultades.