|12-02-24| Manos Unidas Lleida, con la colaboración del Obispado, celebró el sábado 10 de febrero el inicio de la campaña anual de la entidad contra el hambre con el lema "El efecto del ser humano-La única especie capaz de cambiar el planeta". Unas treinta personas asistieron a las 19.00 horas a una Eucaristía en la iglesia de Carme, presidida por su rector, Mn. Xavier Navarro. A pesar de coincidir con el desfile de Carnaval que se hacía por calles de la ciudad, los feligreses pudieron atender perfectamente la misa. Posteriormente, Manos Unidas organizó la tradicional cena del hambre y una rifa solidaria de cuadros de pintores leridanos en un mismo local de la parroquia, donde también fue el obispo Salvador Giménez.

 

Con esta campaña, Manos Unidas quiere ponerse junto a los llamados "descartados climáticos", aquellos que son más vulnerables a la variación y los efectos cambiantes del clima, a pesar de ser los que menos han contribuido. En este sentido, la presidenta de Manos Unidas Lleida, Irene Santolaya, explicó que "el que queremos hacer ver es que solo el hombre es capaz de cambiar la natura, puesto que por el efecto invernadero, los países del sur y los más empobrecidos son los más afectados" y, por este motivo, afirmó que "Manos Unidas lucha por la tierra, que es nuestra casa, y esta defensa en la natura lo es también para los más vulnerables".

 

Por todo esto, Santolaya explicó dos de los proyectos en que colabora Manos Unidas y para los cuales irán destinados el dinero recaudado por la campaña. Uno de ellos tiene lugar en el suroeste del Camerún, donde la población vive de la agricultura, la cual no acaba siendo productiva por la carencia de agua. Lo que se pretende es la construcción de un pozo, una bomba solar, una torre de agua y tres grifos que llevarán agua potable a escuelas, un mercado y un hospital. Se beneficiarán 100.400 personas. Por otro lado, el segundo proyecto es mejorar la vida de los refugiados que viven en Beirut, una ciudad donde casi todos los hospitales son privados y solo uno es público y necesita un equipo de rayos X. Con los donativos de la gente para la campaña, Manos Unidas quiere comprar este equipo médico que permitirá prever enfermedades y hacer diagnósticos avanzados. Con este proyecto pueden favorecerse 6.000 personas el año que no pueden ir a clínicas privadas.

 

Por su parte, el obispo Salvador destacó que "Manos Unidas tiene la facilidad de solidarizarnos para los que sufren, y por eso organizan colectas, donativos y cenas, en los que no comemos prácticamente nada, para conocer qué significa el hambre en el mundo de hoy". Por este motivo, el obispo anima "a todo el mundo a ayudar a Manos Unidas como institución católica que hace tanto de bien en el mundo entero".

 

Podéis ver todas las fotografías de la Jornada en el Facebook e Instagram del Obispado.