La Catedral de Lleida se llenó, la tarde del miércoles 22 de octubre, con motivo de la misa de acción de gracias por la beatificación de Álvaro de Portillo, que presidió el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, y estuvo concelebrada por varios sacerdotes, además de amenizada por los cantos del Petit Cor de la Catedral.

Durante la homilía, Mons. Joan Piris habló del beato Álvaro de Portillo destacando "la alegría, la sencillez, la bondad, la serenidad, el buen humor, el olvido de un mismo y el anhelo ardiente de llevar a Jesús a los corazones de la gente, reflejado a su lema episcopal: “Regnare Christum Volumus, queremos que reine Cristo".

El obispo Joan añadió que conoce de primera mano el ascetismo sonriente del nuevo beato, porque dos días antes de su muerte se encontraron en Jerusalén. Mons. Piris recordó que junto con unos feligreses del Buen Pastor de Valencia saludó a Álvaro de Portillo y lo sorprendió "aquella sonrisa" que dijo que no se le olvidará.

Finalmente, invitó a releer y "meditar a fondo en su totalidad" el capítulo quinto de la Lumen Gentium, donde indicó que se explica el llamamiento universal a la santidad dentro del mismo estado que también proclamó el Concilio Vaticano II.

Al final de la celebración, en nombre de la prelatura Mn. Xavier Brossa agradeció al obispo Piris que presidiera la eucaristía, y los asistentes se añadieron al agradecimiento con un aplauso.

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