Las campanas de la Seu Vella tocarán a difuntos la mañana del Lunes de Pascua por el obispo emérito Mons. Ramon Malla Call, mientras se oficie su entierro y funeral en la Catedral Nueva de Lleida. Las campanas de la Seu Vella no habían tocado a muertos desde el traspaso del Papa Joan Pau II, de lo cual se acaban de cumplir nueve años este mes de abril.

La noticia de la muerte de Mons. Malla, al irse conociendo, está provocando la llegada de numerosas nuevas muestras de pésame al Palacio Episcopal. Una de los más significativas que le han hecho llegar al obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, es el de su homónimo a la Santísima Trinidad de Alamty (Kazajistan), José Luis Mumbiela.

Mons. Malla fue quién primero confirmó y después ordenó diacono y sacerdote al obispo Mumbiela, el cual recuerda en su carta que fue aquel, “con un gesto de gran generosidad”, quién lo envió hasta Kazajstan, a pesar de que la Diócesis de Lleida “no contaba con demasiados sacerdotes jóvenes”.

Kazajstan y más concretamente la diócesis de la Santísima Trinidad de Almaty “tienen hoy “ una deuda de especial agradecimiento con él”, dice al final de la carta este obispo, nacido en Monzón.