“Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir” es el lema de la campaña institucional de Cáritas, que se presentó ayer en Lleida de la mano del director de la entidad en esta ciudad, Ramón Baró, y del secretario general, Josep Fernández. El acto, que se celebró en la sala de actos de Ibercaja y que fue clausurado por el delegado diocesano, Carles Sanmartín, contó con la presencia de dos personas que explicaron su testimonio de cómo han recuperado la esperanza.
La esperanza continúa siendo el mensaje de Cáritas en sus campañas institucionales de los tres últimos años. En las dos anteriores se denunció el fracaso del modelo político, social y económico de nuestra sociedad, que únicamente genera más pobreza y favorece la vulneración de los derechos de las personas, provocando el aumento del número de hombres y mujeres, incluso de familias enteras, que viven en situación grave de exclusión.
También se abrieron puertas y ventanas a la reflexión, a la autocrítica y a la búsqueda de alternativas que ayuden a construir un nuevo modelo de desarrollo, de economía, de relación con el trabajo y de convivencia con las otras personas.
En medio de una sociedad asfixiada por la crisis, el paro y el desánimo para buscar nuevos caminos, Cáritas, desde su acción, denuncia y compromiso con los más vulnerables de nuestra sociedad, anuncia a través de su experiencia la necesidad de abrir vías, caminos a la esperanza, como un horizonte abierto al cambio que tiene su raíz en el corazón y el comportamiento de cada persona.
Cáritas construye espacios de esperanza, zonas liberadas para recuperar la vida y la dignidad de las personas desde la sencillez y cuotidianidad, desde la fidelidad a un Dios Padre de toda la Creación que se conmueve con los más débiles y pequeños.
Con esta campaña, Cáritas quiere ayudar a concienciarnos del gan papel que jugamos cada persona, cada grupo, cada comunidad en este momento de la historia que vivimos.
Es una invitación a vivir este tiempo de esperanza para construir espacios de vida, de novedad, de justicia y de fraternidad para restaurar los derechos de las personas que viven en situación de pobreza y vulnerabilidad.