Nació en Autol (Rioja), diócesis de Calahorra, el 26-I-1766. Estudió en la universidad de Irache (Rioja). Ingresó en el monasterio benedictino de San Julián de Samos (Lugo) de jurisdicción de “vere nullius”. 

De Samos pasó al monasterio de Montserrate (Madrid) de donde fue abad. Después del trienio constitucional siendo general de la orden benedictina, fue nombrado obispo de Lleida, el 26 de Agosto de 1825.

Los ingresos económicos de la mitra leridana estaban gravados con una 1/3 parte de pensión y según la voluntad del Rey.

El Papa León XIII, (1823-1829) le preconizó el 20 de Diciembre de 1824. El 20 de marzo de 1825 recibió el episcopado en el monasterio de Monserrate. El 8 de junio de 1825 hizo su entada en Lleida sin ninguna clase de solemnidad. Gozaba de muy buena salud. 

Había escrito unas “Advertencias…” sobre temas de actualidad, … en defensa del altar y del trono, que los verdaderos sabios saben leer con gusto y aprecian y son documentos irrefragables de la sabiduría y piedad del Autor, benemérito de la Iglesia y del Estado. 

Lleida era la ciudad más poblada de Cataluña, después de Barcelona. Tenía unos 3.000 focos y gobernador político y militar.

A consecuencia de tantas guerras y alborotos revolucionarios, las rentas de las prebendas catedralicias se habían reducido a la mitad.

En el obispado había unas 200 parroquias con pila bautismal.

En el Seminario había cuatro catedráticos más dos de latinidad. Había unos treinta seminaristas, que se mantenían con las rentas asignadas de los beneficios rurales y una pensión de 7.000 r.v. sobre los bienes de la mitra.

La primera visita pastoral a la diócesis, que duró unos tres años, el obispo Colmenares se quejaba amargamente de la situación moral de la diócesis; en todas partes encontraba divisiones: blancos y negros, liberales y serviles. Unos y otros se acusaban y se perseguían como si fuesen enemigos irreconciliables. 

Publicó algunas pastorales sobre: la paz, el sacerdocio, el jubileo.

Murió en Monzón donde fue enterrado en la colegiata.

Se había hecho construir el sepulcro en el palacio episcopal de Lleida; pero murió en Monzón el 20 de Junio de 1832 y allí se quedaron sus restos.

Mn. Ramiro Viola González