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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 09/01/2019

Queridos diocesanos:

 
Es una costumbre muy arraigada entre nosotros dividir el tiempo en cursos. Se empieza en septiembre y se acaba en junio de cada año.
 
 
La influencia del mundo escolar es grande. Por supuesto, también es determinante el tiempo meteorológico en esta parte de la tierra; el calor, las vacaciones en julio y agosto, el cambio a la segunda residencia... Todo ayuda a que ahora dé comienzo de nuevo la actividad ordinaria en muchos ámbitos. También se pueden dar propuestas extraordinarias que, individual o colectivamente, se presenten en este nuevo período. Necesitaremos entusiasmo, dedicación y creatividad.
 
 
Añadimos el adjetivo pastoral al sustantivo curso porque nos referimos al ámbito eclesial. Quedan englobados de ese modo los proyectos, actividades y deseos de las comunidades parroquiales, de los movimientos apostólicos y de cualquier institución enmarcada en la diócesis de Lleida. Los cristianos reconocemos nuestra pertenencia a la Iglesia que se concreta en los tres niveles: universal, local o diocesana y parroquial. Exige un compromiso de colaboración con la mirada abierta a toda la realidad eclesial.
 
 
Terminaba el último escrito del curso anterior con agradecimientos. Empiezo el nuevo con saludos y con deseos de animar al seguimiento coherente y  alegre de Jesucristo desde nuestra Iglesia y como oferta y servicio a la sociedad. Es la pastoral en clave de misión a la que nos invitaba el papa Francisco
en el número 33 de la Evangelii Gaudium. Y esto afecta a todo, al nivel parroquial donde la comunidad organiza las distintas actividades pastorales ordinarias a las que no puede renunciar, la predicación y anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos y el aprendizaje del compartir. No hacen falta más indicaciones de otras instancias. El proyecto pastoral es claro y directo para todas las comunidades.
 
 
También afecta a nivel de Iglesia universal respecto a las preocupaciones de servicio al mundo que debe afrontar. La oferta de salvación del mismo Señor, la secularización galopante que nos envuelve, el reto de la igualdad social, de la justicia y la distribución de la riqueza, la valoración creciente de la dignidad de la persona, la defensa de la vida, la acogida de los migrantes y refugiados, la atención a los más pobres y excluidos. Que nadie olvide las prioridades desde el evangelio, que mida su posible colaboración en estas propuestas y que, al menos, se una en constante oración para hacer más creíble nuestra Iglesia en este mundo.
 
 
Quisiera insistir en este momento en el nivel diocesano. Mi responsabilidad es máxima y deseo que compartáis las preocupaciones que tantas veces me habéis oído: la edad de los sacerdotes y la promoción vocacional al ministerio, la adecuada atención pastoral a todas las parroquias, la iniciación cristiana, la responsabilidad de los laicos en la marcha de los servicios diocesanos y parroquiales, la enseñanza en general y la escuela católica, la presencia pública de la Iglesia y el compromiso de los cristianos en los distintos sectores sociales. Para todo ello necesitaremos creatividad y valentía. Me gustaría contar con todos para afrontar estos desafíos. Lo concretaré un poco más el próximo domingo.
 
 
Pongo todo esto en manos de la Virgen María. Os invito a participar en la romería que en su honor organizan en la Ribagorza, en el Pont de Suert, tres obispados: Barbastro, Urgell y Lleida.
 
 
Con mi bendición y afecto.
 
 
 
† Salvador Giménez Valls
 
Obispo de Lleida