Varios
Lloc de naixement: 
Lleida
Episcopat Lleida
Anys inicial-final del mandat com a bisbe de Lleida: 
1399-1403

Un Obispo electo para Lleida, a quien no le llegó la confirmación para ser ordenado Obispo de Lleida.

Canciller del Estudio General de Lleida i consejero real, era canónigo y prepósito de la catedral cuando fue elegido obispo por los cabildos de Lleida y de Roda. A causa de las discordias del Cisma de occidente, no llegó a ser efectivo su nombramiento. Benedicto XIII rehusó la elección y nombró vicario general al canónigo Juan Castelló y Obispo a Jaime de Tauste, quien no lo aceptó, y después a Juan de Baufés.

Nacido en Lleida, hijo de Francisco de Sant Climent, fue elegido por ambos cabildos, el de la catedral de Lleida y el de Roda.

Pere había sido estudiante del Estudio General de Lleida, canciller del Obispado; consejero real de Martín el Humano, y de su hijo, Martín el Joven.

Durante cuatro años en el obispado se vivió una situación de sede vacante muy peculiar: no se quería al obispo que se elegía. Se iba gobernando el Obispado mediante vicarios generales, de los que tampoco se aceptaba el nombramiento.

Pere de Climent murió siendo obispo electo de la diócesis de Lleida sin llegar a la consagración episcopal. Eran los tiempos de la dicotomía papal. Pere de Sant Climent fue personalmente a Marsella para recibir el consentimiento y la autorización del Papa Benedicto XIII, conocido también como “el Papa Luna”. Finalmente no lo consiguió

Otra fuente de problemas para los obispos leridanos, y que, continuaba provocando aun más, era el Estudio General de Lleida; incluso aparecían casos de verdadera herejía, entre los que presentaban trabajos teológicos en las aulas del Estudio. Algunas de las proposiciones teológicas afectadas eran muy atrevidas:

  • El exterminio de todas las órdenes mendicantes
  • La abolición del sacrificio de la Misa
  • La refundición en una sola de las tres religiones: cristiana, mosaica i musulmana
  • El Hijo de Dios podía abandonar la naturaleza humana

Era la tesis de Antoni Riera, un estudiante valenciano, que la exponía en trece proposiciones.

La Inquisición de Fray Nicolás Eimeric, intervino y la pugna teológica se amansó.

Mn. Ramiro Viola González