Entrevista de la Agència Cristiana de Notícies Flama a Jesús Monserrat, vicedelegado y secretario de la Pastoral de Jóvenes de la diócesis de Lleida.
En la diócesis de Lleida, hace semanas que Jesús Monserrat Companys (Lleida, 1996) se encarga de gestionar el viaje que llevará diversos jóvenes y adolescentes de Lleida a la Jornada Mundial de la Joventud, que dará inicio la próxima semana en Lisboa. Actualmente, Monserrat, nacido en el seno de una familia cristiana, es el vicedelegado y secretario de la Pastoral de Jóvenes de la diócesi leridana. Después de haber conocido el mundo del ocio como monitor de esplais y campamentos, en 2014 decidió estudiar el grado de Ingeniería Técnica y Alimentaria en la Universitat de Lleida y, desde hace cerca de un año, es ingeniero técnico agrícola del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya.
¿Qué te ha llevado a querer participar en la JMJ de Lisboa?
Se haga donde se haga, la JMJ siempre es una experiencia que vale mucho la pena vivir, solo o acompañado. Una vez termina, te renueva como cristiano. Con motivo de su celebración en Portugal, a pocas horas de casa, no me lo tuve que pensar dos veces para decidirme y, rápidamente, pasé a la acción. Durante mi estancia en el país acompañaré al grupo de la Delegación Pastoral de Jóvenes del Obispadode Lleida.
No será la primera vez que la vive, ¿no?
No, no. Estuve, en julio de 2016, en la JMJ que se celebró en Cracovia. Aquella experiencia fue determinante para poder repetirla, de nuevo, este año en Portugal.
¿Qué experiencia espera tener?
Espero vivir la riqueza de la Iglesia en su estado de máximo esplendor. Además, tengo el interés por conocer más al papa Francisco, a quien podremos ver y escuchar cada día en primera persona. Al terminar, me gustaría regresar a Lleida con las energías renovadas parr continuar evangelizando con muchas más ganas.
¿La Iglesia conoce los problemas reales que afectan a los jóvenes en la actualidad (dificultad para emanciparse, tasa de estudiantes que no terminan sus estudios, franja de población desanimada/frustrada…)?
Creo que uno de los pilares más importantes para el desarrollo de los jóvenes son sus familias. Por lo tanto, si éstas están bien construídas, actuarán como puntales para los jóvenes y les ayudarán cuando las situaciones no sean favorables. Por este motivo, diría que la Iglesia debe crear comunidades vivas, llenas de familias dispuestas a vivir los Evangelios, y preocuparse por la formación de los padres y los jóvenes.
¿Qué remedio es el adecuado para que los jóvenes tengan más presente a la Iglesia en sus vidas?
La sociedad de hoy en día no lo pone nada fácil para que los jóvenes vean a la Iglesia como un atractivo. Po ello, es relevante que haya personas referentes que les ayuden a verla como un lugar de acogida, de crecimiento personal y de encuentro con un Dios que los quiere más que nadie.