La tarde del sábado 26 de octubre la parroquia de San Miguel de Bell-lloc de Urgell acogió una solemne Eucaristía de Ación de Gracias, con una numerosa asistencia de parroquianos y de fieles venidos de otros lugares, como del pueblo de Azlor, de donde rea hijo Mn. José Jordán, compañero de Mn. Nadal y ambos vicarios en Monzón cuando murieron mártires el 12 de agosto de 1936. Por este motivo son conocidos popularmente como los “curetas de Monzón”.

Los primeros bancos del templo los ocupaban la familia de M. Nadal, su hermano Francesc, la esposa de éste y otros familiares. También estuvieron presentes las autoridades locales y autonómicas encabezadas por el “conseller” de Agricultura, el ilerdense Josep Mª Pelegrí, el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Enric Vendrell, con lazos familiares con el nuevo beato, el delegado de Gobernación en Lleida, Jordi Curcó, el alcalde de Bell-lloc, Ramón Consola, y concejales del ayuntamiento.

La celebración estuvo presidida por M. Joan Ramón Ezquerra, director del Scretariado para la Causa de los Mártires de Lleida, y concelebrada por el rector de Bell-lloc, Mn. Jaume Melcior, el rector del pueblo de Azlor, anteriores rectores del pueblo y otros sacerdotes, entre los cuales estaban el vicario general del obispado de Urgell y el rector del santuario del Santo Cristo de Balaguer. Emotiva fue la procesión de entrada, encabezada por el hermano de Mn. Nadal que era portador de la arqueta con las reliquias de su hermano Josep, la cual depositó a los pies del altar junto a su fotografía y una de las palmas que el rector de Bell-lloc había alzado en la Beatificación de Tarragona.

Mn. Ezquerra, en su homilía, dijo que la beatificación de un hijo del pueblo es un don de Dios: “La Iglesia nos presenta a todos un referente, un ejoemplo. El beato Josep Nadal, juntamente conmn. José Jordán, es etes referente, este modelo”. Seguidamente recordó el momento del martirio de Mn. Nadal: “Su serenidad delante de sus verdugos que le disparan y no pueden matarlo. Josep saca una cruz que llevaba sobre el pecho y les dice: No podéis matarme porque llevo esta cruz. Besa tiernamente su cruz, la deja en el suelo, abre los brazos en cruz y grita: ahora podéis matarme. Se oye la descarga y su cuerpo se desploma. Hermanos y hermanas, esta paz, esta alegría y serenidad no se improvisa. Ha sido fruto de una vida: una vida de virtud. Josep es referente para todos: en la muerte y en la vida”.

El celebrante se refirió a la vida del mártir como una vida de entrega y comprensión con todos, una vida de comunión y hermandad con su compañero y vicario, Mn. Jordán, una vida de confianza total en Dios: “... en medio de lo que estaba pasando en aquellos momentos trágicos, y previendo lo que le pasaría a él mismo, son constantes en su diario las expresiones: Señor, si quieres que muramos como han muerto muchos de nuestros compañeros danos tu amor y tu gracia, que con eso tenemos bastante”.

Antes de finalizar la celebración, el rector de Bell-lloc, Mn. Jaume Melcior, dio las gracias por la respuesta del pueblo y de todas las entidades y asociaciones a la fiesta por el nuevo Beato, el mártir Mn. Nadal: “Y mártir – dijo el rector – significa morir uno mismo. Para seguir a Cristo y servir a la Iglesia han de morir nuestros gustos, egoísmos..., para hacer de Cristo el centro de nuestra vida, como lo hizo el Beato Josep Nadal, en su máxima expresión, prefiriendo morir antes que renegar de Cristo. Ahora nos toca seguir los pasos de Cristo, sabiendo que si confiamos en Dios y le somos fieles, como lo fue Mn. Nadal, la santidad es posible. Los Beatos y los Santos son ejemplos físicos que nos muestran que podemos seguir a Cristo si confiamos en Él y nos lo proponemos. ¡Por muchos años, Bell-lloc!”.

La celebración se cerró con el canto del Himno a la Perseverancia, que cantaban los mártires, y posterior veneración de la arqueta con las reliquias del Beato Josep Nadal. Ésta, que contiene los huesos de una mano del Beato juntamente con el manípulo del día de su ordenación sacerdotal, fue abierta por primera vez delante de los fieles.

Mientras los fieles contemplaban y veneraban el reliquiario, la Coral Noves Veus de Bell-lloc, que solemnizó la celebración, interpretó el Virolai, haciendo recordar la devoción que Mn. Nadal tenía por la Virgen de Montserrat. Tal era ésta que el márir lo interpretó al órgano de la iglesia de Monzón el 23 de abril de 1936, según explica en sus memorias cando dice: “La lucha fratricida parece inevitable. ¡Qué triste es esta lucha entre hermanos!. Pido a la Virgen “moreneta” de Montserrat que sea el centro de irradiación de nuestra fe; que aleje de todos sus hijos la división y el odio de clases. Con mucha nostalgia, toco y canto en nuestra iglesia cerrada y solitaria el “Virolai”: “Dolça Catalunya, patria del meu cor. . .”

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